Javi Campo

DE VIAJE CON EL IMSERSO

En ocasiones, tenemos ideas equivocadas sobre cualquier tema, bien porque no estamos convenientemente informados o porque, sin una información veraz y contrastada, nos montamos en la cabeza una película que no tiene nada que ver con la realidad. Viene esto a cuento por el viaje turístico que, por primera vez, e inicialmente con la mosca detrás de la oreja, he realizado con el IMSERSO.

No tiene la menor importancia dónde he estado, esto es lo de menos. Lo realmente interesante es el cómo se ha realizado el viaje y cómo me he sentido dentro de una organización creada para ayudar a las personas que ya hemos entrado en la 3ª edad y estamos en situación de «jubilados»,  a efectuar viajes, a un precio asequible, a cualquier parte de la península y/o a las islas. Yo pensaba que este tipo de viajes eran para «vejestorios» y para aquellas personas de «interior» y de pueblos remotos que tenían muy pocas posibilidades de, por ejemplo, ver alguna vez en su vida, el mar. Eran ideas preconcebidas sin base alguna.

En base a estos argumentos, siempre me había negado a optar a estos viajes, por tener la creencia de que eran más para otro tipo de persona y que mi esposa y yo no íbamos a encajar en ese tipo de ambiente. ¡Qué equivocado estaba!

Inducido por amigos que ya había tenido la experiencia, hace ya dos años que decidí, por probar, apuntarme a este tipo de viajes que organiza el IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) pero sin ningún objetivo concreto, con muy poco interés, con muchas reticencias y con la intención de buscarme la vida por mi cuenta en cuanto llegásemos al Hotel asignado. Mi propósito era distanciarme del resto por tener la absurda idea de que mis compañeros de viaje iban a ser unos carcamales que lo único que iban a dar eran problemas.

Dejando a un lado que nos cambiaron en varias ocasiones la hora de salida del vuelo, comunicado diligentemente por la Agencia de Viajes que me había hecho las gestiones, salimos a una hora del día muy tardía. Tanto que cuando llegamos al Hotel asignado eran ya casi la una de la madrugada. Pues bien, nos tenían la cena preparada, con cocineros, camareros y recepcionistas a nuestra entera disposición.

La habitación estaba acorde con las estrellas que el Hotel tenía, sin alardes, sin lujos pero suficiente para una estancia agradable y, sobre todo, limpia. Esta es una de las características que quisiera resaltar. El Hotel y sus habitaciones estaban en un estado excelente, con una limpieza extrema, sin tacha, sin nada objetable.

La comida, si nos ponemos en situación y somos conscientes de dónde estamos y a lo que hemos ido, magnífica. Sin un pero. Hemos comido bien, abundante, bien cocinado, con variedad y con un ejército disciplinado de cocineros y camareros, siempre dispuestos a ayudar en lo que fuese.

Además, la situación del Hotel con respecto a los lugares de playa, tiendas, restaurantes, etc…era inmejorable, más teniendo en cuenta que la mayoría de los hoteles, muchos restaurantes y las inevitables tiendas de souvenirs estaban cerrados.

Sólo hubo una cosa que falló y que no es achacable ni al IMSERSO ni a MUNDIPLAN que era la Agencia encargada de atendernos si sucediesen incidencias. Algo que nunca lo hubiésemos pensado estando donde estábamos. ¡El tiempo! Las circunstancias climatológicas fueron infames durante seis días y medio de los diez de estancia. Frío, viento gélido y agua como si no hubiese llovido en años. Si nuestra idea inicial era hacer excursiones a nuestro libre albedrío, tomar el sol disciplinadamente en la playa, esta situación climatológico nos hizo cambiar y acogernos a los distintos viajes que nos ofrecía la Agencia e ir arropados por el grupo. La representante de MUNDIPLAN hizo muy bien su trabajo y nos vendió perfectamente las distintas alternativas. Nos apuntamos a todos. La alternativa era quedarnos como muermos en el Hotel o montárnoslo a nuestra manera pero ir sin rumbo fijo por desconocimiento del lugar, después de alquilar un vehículo.

Tampoco a los viajes ofrecidos les puedo poner pegas, quizá y por poner una, que eran un tanto caros. Considero que el precio no se justificaba en toda su amplitud, con lo ofrecido, aunque tampoco era desorbitados, quizá un poco inflados. No me quejo. Tampoco de las horas pasadas en el autobús. Estaban muy bien organizados y los lugares visitados, todos ellos, merecían la pena.

Sólo me queda por comentar algo sobre los compañeros de viaje. Mis reticencias pronto se vieron disipadas porque el comportamiento de las personas que aleatoriamente nos habían tocado como compañeras de viajes, eran como nosotros, ni más ni menos. De nuestra misma edad y condición. Cada uno de un padre y de una madre, de todas partes de la península, pero con una educación exquisita, siguiendo todos las directrices emanadas de los/las guías y con un respeto absoluto a las normas y a los demás.¡Chapeau!

En definitiva, si es por mi experiencia, invito a todos a que no le pongan pegas a este tipo de viajes. Que elijan según sus preferencias y que se dediquen a disfrutar de su estancia sin estar pendientes de lo que hacen o dicen los demás. El pasarlo bien está en cada uno, aportando al grupo lo mismo que lo que cada uno pide para sí. Respeto y sociabilidad. Lo demás se le dará por añadidura.

Como habréis podido observar, todavía no he hablado nada del precio de los viajes ya que doy por sabido que son «tirados». Estar diez días con pensión completa y viaje de ida y vuelto en avión por 309 € es una bicoca, sobre todo porque se pone a tiro de aquellas personas que no tienen capacidad económica para hacer otro tipo de viajes de otro corte económico. Hay quien critica que podamos optar a estos viajes  con esta política de precios, aduciendo que la diferencia entre lo que se paga y el coste real sale de los impuestos de todos, me imagino que los que esto dicen son los que están todavía en activo, pero deberían pensar que algún día llegarán a nuestro mismo estado y podrán disfrutar también de ello si no ha venido algún político listillo/a a cargarse un «invento» que no está nada mal.

Es por ello que a estos que así opinan, deseo recordarles que, prácticamente, se abona el coste de lo que llevamos contratado entre las empresas seleccionadas para negociar los servicios prestados y los diferentes hoteles.  Si esto resultara injusto, que lo es, sería porque estos merecen bastante más por las atenciones (máximas) y servicios (espléndidos) que nos ofrecen. Algo que  omiten los contrarios a este sistema de viajes, y es muy importante, es ser conocedor de que durante estos viajes se mantienen contratados no menos de cien mil trabajadores de hostelería y turismo, los cuales en vez de engrosar las filas del paro pasando a recibir unos haberes con cargo a los fondos públicos, realizan su trabajo por lo que perciben un salario y además abonan sus impuestos.

Y esto no es todo. En estos viajes se consumen miles y miles de toneladas de frutas y verduras, carnes, pescados, lácteos y demás productos a través de los cuales se da salida y negocio a otros sectores como ganaderos, pescadores, agricultores, etc… así como a todo tipo de transportes de mercancías y personas, generando empleo a otros muchos, obteniendo trabajo y riqueza a la vez que nuestros ‘empleados’, los recaudadores políticos, consiguen ingentes cantidades de dinero de nuestros impuestos. Viajando también se crea riqueza.

En definitiva, y para que conste, hemos sido tratados con sobresaliente, a pesar del (mal) tiempo nos hemos divertido, nos hemos culturizado visitando lugares que por nuestra cuenta no lo hubiésemos conseguido, hemos contribuido a que la rueda de la economía siga girando y, lo más importante, hemos hecho nuevas amistades que, creo, darán sus frutos en un futuro no muy lejano.

Conclusión: Animo a todos los que estén en las mismas circunstancias que nosotros, es decir, en situación de jubilados, a apuntarse y elegir aquellos viajes y estancias que más le apetezcan en la seguridad de que van a ser perfectamente atendidos. Y de los cascarrabias, que los hay en cualquier colectivo,….ni hablar.

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Javi

Sobre mí

«El que haya elegido Getxo para vivir, siempre tendrá la sensación de haber elegido bien».

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