Esta participación se concreta en que no es el propio Ayuntamiento quien propone las candidaturas, sino que son los propios ciudadanos del municipio los que las presentan, exponiendo las razones por las cuales consideran que deben ser premiados. Dichas candidaturas podrán hacer referencia a personas, grupos, asociaciones, actuaciones relevantes y elementos arquitectónicos y patrimoniales, en función de la modalidad dentro de «la Cultura en su concepto más amplio». Por otro lado, el Jurado que dilucida quiénes son los elegidos de forma anual, son personas independientes y reconocidas en sus distintos campos, que han ganado el premio en años anteriores, con lo que se puede asegurar la imparcialidad de la elección. Y estas dos cuestiones y por respeto al que ha propuesto mi nombre y a este jurado, he aceptado recoger este premio. En caso contrario, no hubiese aceptado. No me gustan los premios porque siempre se queda fuera alguien con más méritos que yo, que los hay y en cantidades industriales, pero, por encima de todo, mi agradecimiento a ellos, al que me ha propuesto y al jurado.
A lo largo de mi vida, ya larga, he tenido oportunidad de actuar en distintos terrenos de la cultura pero, en primer lugar, quiero destacar los 40 años de trabajo en una entidad bancaria y siempre de cara al público, en la atención directa con el cliente, con las personas que a diario se acercaban a realizar alguna operación o simplemente a pedirme consejo en el terreno financiero y así lo he hecho siempre, entregando mis conocimientos a los demás. Esto también es cultura. De ellos, 22 años han sido en este pueblo de Getxo y es un orgullo para mí que, a día de hoy, después de 12 años jubilado, las gentes con las que me encuentro por la calle me siguen recordando y dándome las gracias por mis atenciones. Este sí que es «mi premio«.
Ya en mi vida personal, he estado presente en el mundo coral, vivero de concordia, sociabilidad y buen humor, que es su base fundamental. Como corolario, ello me ha llevado a acudir a Cursos, Certámenes, Concursos, Conferencias, y un largo etcétera, a través de los cuales se me ha permitido conocer a muchas personas de una gran valía, sobre todo, directores de coro y compositores con los que mantengo una buena relación. Estas relaciones me han permitido que pueda organizar en un auditorio maravilloso, como es la Iglesia de «El Redentor» de Algorta, conciertos tanto de música sacra como profana y lírica, aprovechándome de esos conocimientos. Y ya, de paso, convertirme en uno de los organistas litúrgicos que tañen el órgano de esa misma parroquia, afición que me llena y que me da muchas satisfacciones.
Órgano del Palacio Euskalduna de Bilbao.
Una vez llegada la jubilación, encaminé mis pasos, con el objetivo de llenar el tiempo de la mejor manera posible y que, además, me causase diversión y satisfacción, hacia la escritura. Desde niño me ha gustado escribir, soy consciente de que, por este lado, nunca ganaré ningún premio, entre otras cosas porque nunca me he presentado a ninguno, pero aunque así fuera, tampoco ganaría. Entre otras cosas porque la modalidad que practico, el ensayo histórico, interesa a muy pocos. La novela histórica sí, pero el ensayo, donde lo que escribes tiene que adaptarse, por completo, a la realidad de las investigaciones que uno mismo haya realizado, ya no es de interés. Y como de imaginación ando escaso, me fío de lo que los archivos me revelan, siguiendo a rajatabla su guión, sin dejar volar la imaginación, dándole forma a la narración pero ciñéndome a los datos. Esta forma de actuar me ha permitido editar y poner a la venta tiradas muy limitadas de varios libros, casi todos ellos relacionados con la historia de Getxo, mi pueblo de acogida.
Pero tabién me ha permitido hacer presentaciones de los mismos, dar conferencias en los lugares más variopintos e insospechados, y conocer a personas interesantísimas gracias a esas circunstancias. He pasado por el Marítimo del Abra, por Jolaseta, por Aulas de Cultura de diversos ayuntamientos, por librerías, por colegios , he tenido a dos personas como público asistente y a más de 200, que ya es un verdadero éxito. Me ha dado igual, idéntico ha sido mi comportamiento hubiese poca o mucha audiencia. Y destaco, porque me sentí muy a gusto, un par de lugares de muy distinto signo. Les dí, vamos a llamarlo así como se dice ahora, una «master class«, a alumnos de 12-13 años en el Colegio Público «San Ignacio», donde 29 niños de 15 nacionalidades distintas me miraban embobados y me hacían preguntas de mucha enjundia. Y otra, la charla que dí en la Residencia de Ancianos de «El Sagrado Corazón» de Getxo, donde mayores, algunos con los 100 años sobrepasados, me aportaron sus experiencias y saber que yo desconocía.
Mi auditorio preferido.- Residencia del Sagrado Corazón de Algorta.
En Getxo, anualmente se convocan los Premios AixeGetxo!, al cual alguien tiene que presentar al candidato por él elegido. No es el Ayuntamiento y su Corporación los que asignan las candidaturas, sino que alguna persona tiene que hacer la presentación de otra indicando los méritos que cree que tiene para merecer dicho premio y, por supuesto, han tenido que haber nacido en Getxo o vivir desde un cierto tiempo en el Municipio. Esta del 2025 ha sido su 15ª edición, después de pasar por el tamiz de un Jurado cuyos componentes se desconocen y que son elegidos entre los premiados de años anteriores, por él han pasado personajes muy famosos, cada uno en su ámbito ya que se asignan a personas destacadas en el campo del Diseño Gráfico, Audiovisuales, Cine, Literatura, Arquitectura, Música Clásica, Música actual, Gastronomía y alguna otra cosa más que ahora no me acuerdo, hasta un total de 14 premios. La mayoría son personas, fuera de su ambiente habitual, desconocidas para el gran público, personas que trabajan en lo suyo destacando entre los que se dedican a lo mismo.
En resúmen, se trata de realizar un reconocimiento público a la escena cultural de Getxo. Aixe Getxo! son premios que, de manera anual, ponen el foco en quienes hacen que la cultura en el municipio no sea solo agenda, sino también comunidad, identidad y oficio. Esta 15.ª edición mantiene ese espíritu: visibilizar a quienes crean, organizan, dinamizan y defienden el arte y la cultura desde el ámbito local. La gala que tuvo lugar el pasado día 19 de noviembre en la Sala Arrigúnaga del recinto «Muxikebarri», reunió a artistas, colectivos, técnicos, responsables de espacios y agentes culturales en un evento que mezcló ceremonia, encuentro y sintonía con el público asistente. Se entregan galardones en aquellas distintas categorías, sin perder de vista la diversidad de disciplinas ni el papel de los getxotarras en todo lo que se cuece culturalmente en Getxo. No es sólo un acto institucional, es una foto fija de lo que se ha movido en el último año, y un impulso simbólico a lo que vendrá.
A alguien que me quiere mucho y bien, se le ha ocurrido presentar mi candidatura. No tengo ni idea de quién ha podido ser ni probablemente lo sabré nunca. Quizá sea así mejor. Tampoco sé los méritos que me ha atribuido, pero el caso es que el jurado nombrado este año ha creido conveniente concederme el «Premio al Patrimonio Cultural Tangible e Intangible«. Casi nada, Según la presentadora del evento «por la labor realizada dentro de la narrativa y el ensayo histórico, editando 4 libros, todos ellos relacionados con el patrimonio local«. Me gustaría creer que ha sido por toda una trayectoria.
Con el Concejal Ignacio Uriarte que me hizo entrega del Premio.
La verdad es que tengo emociones encontradas. Por un lado, y mentiría si digo lo contrario, cualquier premio que se te otorgue por personas independientes fuera del ámbito político y, además, por los vecinos entre los que convives asiduamente, te llena de «alegría y satisfacción» a nivel personal y, ante todo y sobre todo, como homenaje a los más cercanos, tu familia, que son los que a diario aguantan tus chapas, tus escapadas y tus tiempos ausente. Y por otro lado, tengo que decir que no soy amigo de premios ni creo tener méritos suficientes para codearme con mis compañeros premiados. Me desagrada estar en el punto de mira, por nada ni por nadie. Prefiero el anonimato y seguir, como siempre, investigando y divulgando, Esto es lo mío.
Pero no soy ningún desagradecido, Gracias a esa persona anónima que ha presentado mi candidatura, al jurado que ha sobrevalorado mis méritos, al Ayuntamiento de Getxo por poner en valor y homenajear al talento local, y gracias a mi familia a quienes dedico esta reproducción del «Molino de Aixerrota«, símbolo de la cultura en este Municipio, a la vez que felicito a todos mis compañeros premiados, porque todos ellos se lo merecen..
Todos los premiados en la 15ª Edición del Premio Aixe Getxo.
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