Javi Campo

Ave María.- IV

Popularmente llamado como “de Caccini”, es uno de los “Ave María” más famosos del mundo, siendo conocido así, en parte, para distinguirlo de otros pero también porque su composición se atribuyó durante décadas al compositor tardo-renacentista/barroco italiano Giulio Caccini (1551-1618).

Ave María (atribuida de manera equivocada y reiterada a «Caccini»)

Sin embargo la realidad descubierta hace ya bastantes años sobre su autoría dista mucho de esta atribución, y es que este Ave María ni es una obra del mencionado Caccini ni mucho menos es una pieza barroca y ni siquiera es italiana.

AutorVladímir Fiódorovich Vavílov. Compositor nacido en 1925 en San Petersburgo y fallecido de un cáncer de páncreas en la más absoluta pobreza en el mismo lugar en 1973.
Año aproximado de composición: 1970.
Vladimir Vavilov tocaba el laúd y la guitarra de manera consumada. Sin embargo, rápidamente se hizo un nombre a través de sus composiciones. Es bastante paradójico usar esta expresión hoy en día, ya que a Vavilov le gustaba especialmente atribuir sus obras a artistas renacentistas. De ahí viene el error.
Origen: pieza lírica/coral tipo “pastiche” (Imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación independiente), o “engaño musical histórico” compuesta para la oración católica del “Ave María” e inspirada en la música barroca, popularmente conocida como “Ave María de Caccini” por ser atribuida tradicional y erróneamente al compositor barroco Giulio Caccini.
En concreto este Ave María, melodía especialmente hermosa y sentimental, se trata de algo que es conocido como un “engaño musical”, práctica que consiste en que un compositor, normalmente contemporáneo, crea una obra que intenta imitar música del pasado y se la atribuye a algún compositor reconocido para darle a la obra una mayor categoría o reconocimiento (práctica a la que pertenece, por ejemplo, otra obra muy popular como es el Adagio llamado de Albinoni que en realidad era del compositor contemporáneo Remo Giazotto).
Fue Vladímir Fiódorovich Vavílov, guitarrista, laudista y compositor soviético el verdadero autor de esta pieza, quien la compuso hacia 1970 cuando él mismo la graba en un disco titulado «Música de laúd de los siglos XVI-XVII» publicado por la discográfica “Melodiya” (que era propiedad del estado soviético). En este disco, a pesar del título, todos los temas eran obra de Vavílov pero él mismo los atribuía a compositores renacentistas o barrocos o directamente los ponía como piezas anónimas de esos periodos. El motivo de esta decisión lo explicaría Tamara Vavilov, su hija, ya fallecido éste: “Mi padre estaba convencido de que las obras autodidactas de un desconocido compositor con el vulgar apellido «Vavilov» nunca serían publicadas. Pero él realmente quería que su música llegara a la audiencia y llegó hasta el extremo de dar toda la gloria a los compositores medievales y «autores desconocidos».”
Algunos entendidos, no obstante, no se explican cómo esta atribución pudo “colar” durante tantos años. Analizando otras obras de Caccini en comparación a este Ave María, la música de Caccini es la música propia del tardo-Renacimiento y primer Barroco, con armonías más elaboradas y con una melodía prácticamente supeditada a los largos textos religiosos pues hay que recordar que nos encontraríamos en plena época de la Contrarreforma, con una Iglesia Católica que velaba por el estricto cumplimiento de la doctrina y la efectividad y claridad a la hora de transmitir su mensaje. En cambio la pieza de Vavilov usa una armonía tonal más clásica, siendo armónicamente más simple, y con una melodía que, claramente, prevalece sobre el texto, un texto que además queda reducido solo a sus dos primeras palabras, algo que no hubiera sido permitido para nada en la Iglesia de aquel momento (Contrarreforma se llama a la respuesta de la Iglesia católica a la Reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia. Abarca desde el Concilio Ecuménico de Trento en 1545 hasta el fin de la guerra de los Treinta Años, en 1648, con la paz de Westfalia que ponía fin a la más importante de las guerras de religión en Europa).
A pesar de haber sido ya bastante desmentida la atribución a Caccini e incluso conociéndose su verdadero origen, en el mundo coral se viene perpetuando el error, condenando al ostracismo al verdadero artífice de dicha música, apuntando todo a que se hace, no por ignorancia sino de manera plenamente consciente por cuestiones puramente comerciales, tal vez por aparentar que se es más culto por ello, ya que vende más un apellido italiano como es Caccini y/o hablar de que se ha adaptado una pieza barroca, que decir que se está tocando una pieza contemporánea de un compositor soviético quasidesconocido.

Ave Maria · Director: Robert Prizeman, Violín Solista: Fiona Pears, Acompaña: City of Prague Philharmonic Orchestra Ensemble y Coro Libera.

Hay muchas versiones pero ésta es la que más me ha emocionado por la sensibilidad de la solista que le dá a la pieza un carácter muy intimista.

Ave Maria – YouTube

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«El que haya elegido Getxo para vivir, siempre tendrá la sensación de haber elegido bien».

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