Javi Campo

¿Deporte sano?

Soy de los que opina, una minoría probablemente, que el deporte de sano tiene muy poco. Esto no quiere decir que me abrace con gesto amoroso al sedentarismo. Otra cosa es la actividad física que es un hábito recomendable desde la adolescencia, sobre todo, porque es divertido y ayuda a desarrollarse física y socialmente. Seguramente que los amigos con los que compartas juegos en esa época de tu vida, lo sean para siempre porque se crean unos vínculos afectivos muy fuertes.

Quiero dejar bien claro que no soy ningún experto y que lo que diga aquí se basa en mi experiencia personal y en lo que veo a mi alrededor. Cuando hacemos deporte, el que sea, tendemos a ir al límite. A nuestro límite, porque cada uno/una lo tenemos distinto. E ir al límite, en cualquier actividad, supone correr riesgos, a veces riesgos graves para nuestro organismo y por lo tanto para la propia salud. Qué duda cabe que cualquier actividad, llevada al extremo es contraproducente. Y el deporte no se queda al margen de este axioma. No hay más ver cómo han proliferado los fisioterapéutas y la cantidad de trabajo que tienen.

El cuerpo es una máquina a la que, en mucha ocasiones, forzamos hasta el extremo y esto es lo que nos pasará factura indefectiblemente. Por supuesto, no lo voy a negar aquí, que el deporte es bueno para la salud, pero no está hecho para mejorar la salud, y siempre que se realice sin llevar el cuerpo al límite, sin traspasar ciertas líneas rojas que pueden revertir en lesiones graves. Saber cada cual sus propios límites y no sólo no traspasarlos sino, incluso, no acercarse a ellos, es fundamental para no caer en consecuencias físicas y mentales graves.

Por supuesto que es diferente hacer deporte que practicar una actividad física.  Cualquier acción que active el corazón, que estimule las articulaciones y no deje morir el músculo, es buena. Pero dentro de un orden. En un estudio sobre este tema, se sugería que las personas que no realizaban actividad física regular o se declaraban sedentarias tenían el doble de probabilidades de sufrir un ataque al corazón o un ictus cerebral. Pero el dato más llamativo se obtuvo a continuación: las personas que hacían ejercicio a diario y de forma intensa tenían más del doble de probabilidades de morir por las mismas razones. Tengo amigos que habiendo superado ya los 70 años se hacen 30 kms. andando, dos veces por semana. ¿Es esto bueno? Me cuesta creerlo. Pienso más bien que es una cuestión de orgullo más que de hacer deporte porque después de ese derroche de calorías y energía se ponen tibios a comer en algún restaurante del camino. Allá cada cual. Quizá sea bueno compensar una actividad con la otra y además disfrutar con ambas y de ambas.

Por supuesto que he hecho deporte. Así tengo mis dos rodillas, operadas 4 veces, y mi espalda cuyos dolores agudos intermitentes van desde las lumbares hasta las cervicales pasando por las dorsales. Por eso, ahora, a mi edad, me limito a dar paseos a paso ligero, cada vez menos ligero, de una hora como mucho. Pero es que en los tiempos en que vivimos, el deporte está pasando de diversión a pasión, y en muchos casos en obsesión, y es en estos casos cuando ya no es saludable sino que se transforma en peligroso.

Eso sí, me encanta ver, desde el sofá, el deporte de élite, cualquiera, aunque esta actividad no mantenga mis músculos en forma, con atención especial a los Juegos Olímpicos que considero que son los únicos que, por ahora, no han caído en las garras de los poderes fácticos, llámense, económicos. Quizá sea un ingenuo pero me serena el pensar que, al menos, esta manifestación en que se aúnan todos los países sin excepción, está libre de injerencias políticas y/o económicas. Aunque, por supuesto que las ha habido. Ingenuo, quizá, pero no ignorante. Ahí tenemos a la Unión Soviética y sus disquisiciones políticas que no le han permitido competir en varias olimpiadas.

Saber hacer la actividad física correcta para que sea saludable es la clave, por ello hay que ser consciente de qué deporte o actividad física es mejor para cada uno, a qué intensidad y saber respetar los periodos de descanso, la buena alimentación y llevar a cabo buenos calentamientos.  Abrazar un estilo de vida activo. Esto es lo que aconsejan los entrenadores personales, asesores deportivos, etc… pero todos no podemos tener uno a nuestra vera cada vez que salimos a la calle, con el chándal puesto y la cinta en la frente,  que nos vaya aconsejando en cada momento. Y por supuesto, no estoy hablando de deportes de riesgo como el alpinismo, el barranquismo o las carreras de coches a altas velocidades.

No soy yo quién para dar consejos porque no los tengo para mí, lo importante es que cada uno haga aquello con lo que se sienta a gusto. Pero como todo en esta vida, con moderación. Todos los excesos son malos aunque los expertos nos dicen y hacen hincapié, en los beneficios para la salud, incluso para el cerebro porque produce y estimula nuevas neuronas y porque reduce dos elementos negativos como son la obesidad y la diabetes. Y algunos preferimos cultivar la mente, escribiendo, leyendo, aprendiendo algo cada día aunque los estudios antropomórficos serios nos digan que tendremos una vida más corta. Lo ideal sería compaginar ambas cosas, si el tiempo libre te dá para todo.

En resumen, el ejercicio físico es efectivo en el tratamiento y prevención de muchas enfermedades que condicionan de forma sustancial nuestra capacidad de vivir más y mejor pero siempre con la moderación debida y compensatoria. Es decir, que se haga como motivo de diversión u ocio. Por supuesto que estoy hablando para la generalidad de las personas, no para aquellas que teniendo cualidades para ello, se alojan en una élite deportiva. Estos van por otro lado y además tienen preparadores expertos al lado que les indican, en cada momento, hasta dónde deben llegar. Su salud mental les va en ello. Y últimamente tenemos algunos buenos ejemplos de ello: el ciclista Tom Dumoulin, la gimnasta Simone Biles, la tenista Naomí Osaka o en las últimas fechas el baloncestista Ricky Rubio.

Quizá todo esto es sólo buscar(me) excusas para no practicar más actividad física, pero, a mi edad, me divierto (y el deporte ante todo tiene que ser diversión) más escribiendo o leyendo que trotando por los mismos caminos una y otra vez para volver al mismo sitio. Raro que es uno.

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Javi

Sobre mí

«El que haya elegido Getxo para vivir, siempre tendrá la sensación de haber elegido bien».

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