Javi Campo

Nadie me quiere leer

Hoy me he desayunado con esta noticia que me ha llamado la atención porque es algo que he vivido en mis propias carnes. Soy un escritor “de pueblo” y digo esto porque lo que he editado, publicado y trato de vender son tres libros que hablan de “mi pueblo”.

Mis libros, ya que no soy historiador y por lo tanto no me las voy dando de ello, son de un amante de la investigación y dentro de ella, de algunas de las personas que en mi pueblo han nacido, han vivido o han compartido momentos personales en él. Muchas de ellas conocidas porque tienen cierto renombre o han destacado en algún campo y otras totalmente desconocidas para el vulgo y que yo he pretendido poner en valor. Tanto hombres como mujeres.

En sus biografías he plasmado, además de los momentos más importantes de su vida, su entorno familiar, de barrio, de trabajo, social, de amistades y explicando el momento histórico en el que vivieron. Quizá nada especial para muchos pero he puesto en ellos todo lo que mi propia vida me ha enseñado y todo lo que he podido encontrar en múltiples archivos o lo que me han contado sus propias familias plasmado en un papel con todo el rigor y respeto de que he sido capaz.

Una vez cumplido el trabajo y darme el gusto de finalizarlos me tuve que plantear el hecho de editarlos buscando una Editorial que apostase por un escritor novel y desconocido cuya labor, muy posiblemente, no interesase a muchos. Pero mi intención no era hacerme rico y/o famoso con ellos sino dar a mis convecinos un tema de conversación, la posibilidad de conocer un poco mejor a los que anteriormente patearon las calles que ahora pisamos nosotros, que vivieron en esas casas de las que cada vez quedan menos. Puse mi trabajo, mi ilusión y mi dinero en ellos. Hice tiradas bajas, no sabía qué interés podían suscitar.

Y llegaron las fechas en que tenía que darlos a conocer. Y utilicé todos los medios que podía tener a mi alcance: la familia, los amigos, los diarios, las televisiones locales. Y presentaciones.

En esta noticia se da cuenta de una escritora “que se lamenta de las pocas personas que acudieron a su firma de libros”. La comprendo perfectamente y me pongo en su piel. En las presentaciones que he hecho, he tenido de todo, algunas, las menos, con 60 o 70 personas, pero también las he tenido de dos y tres personas a las que he agasajado y me he vaciado como si hubiese habido 300.

En Leioa, en Plentzia, en la Librería Cámara de Bilbao, me he encontrado con este panorama, con esa exigua cantidad de personas, y lo he aceptado como algo que entra dentro de la posibilidad cuando, por la razón que sea, no has dado “el pelotazo” que te encumbra al Olimpo de los elegidos, cosa que, por el tipo de libro que escribo es, en la práctica, imposible. Pero es que en Getxo, municipio en el que vivo desde hace más de 45 años, y que es tema preferente y casi único en mi obra, tampoco he tenido gran éxito en mis comparecencias públicas. Quizá esos temas no son de interés para mis vecinos o quizá mi estilo no convence. Pero ¿cómo se puede saber si es de interés o si mi estilo es depurado si no se me lee?

Y eso que nuestro querido Ayuntamiento, en el último libro y por adaptarse éste a una serie de condiciones, he obtenido una pequeña Beca quedando el proyecto en primer lugar entre los 42 presentados.

La noticia que me da pie a este comentario tiene una segunda parte. En su cuenta de twitter, esta señora escritora, Chelsea Banning, se desahogó contando sus cuitas, mereciendo la atención y la respuesta de míticos escritores como Stephen King o Margaret Atwood, a los cuales les pasó lo mismo en sus primeros momentos de escritor/a, mostrándola su apoyo y dándola ánimos para que siga haciendo lo que le gusta y dándose a los demás a través de sus escritos, sea el tema que sea.

Yo no pretendo que me apoye Arturo Pérez Reverte o Muñoz Molina, que me envíe un tuit Toti Martínez de Lezea, a la que admiro, animándome a que siga por este camino, me quedo con los comentarios que me hace la gente que me ha hecho el favor de comprar mis libros, leerlos y disfrutado de ellos. El que alguien desconocido te pare por la calle para felicitarte y darte las gracias por los buenos momentos que ha pasado leyendo tus libros, contándote lo que ha aprendido con ellos, no se paga con nada, aunque sean pocos y aunque a tí te parezca que merecen una mayor atención por parte de los habitantes de este pueblo.

A pesar de todo lo dicho, estoy satisfecho con mi trabajo, escritores y periodistas que han tenido a bien realizar su crítica sobre ellos destacan unas cualidades que me halagan y que han tocado mi orgullo. Por ello, mi más sinceras gracias a ellos y a todos aquellos que durante la lectura de alguno de mis libros les haya arrancado una sonrisa, les haya venido a la memoria algo que tenían olvidado o tengan la impresión de que han aprendido algo que desconocían.

¡¡¡Pufff!!!Yo también me he desahogado.

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Javi

Sobre mí

«El que haya elegido Getxo para vivir, siempre tendrá la sensación de haber elegido bien».

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