Javi Campo

¡LIBEREMOS A LOS ESCLAVOS DE SUDÁN!

La esclavitud moderna, tal y como se define en los diversos informes que se han publicado, consta de dos componentes principales: el trabajo forzoso y el matrimonio forzoso. Ambos se refieren a situaciones de explotación a las que una persona no puede negarse o no puede abandonar debido a las amenazas, la violencia, la coacción, el engaño o el abuso de poder. El trabajo forzoso, tal y como se define en el Convenio de la OIT sobre el trabajo forzoso, 1930 (nº 29) , se refiere a "todo trabajo o servicio exigido a una persona bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicha persona no se ofrece voluntariamente". La "economía privada" incluye todas las formas de trabajo forzoso distintas del trabajo forzoso impuesto por el Estado.

En los países del primer mundo tendemos a creer que la esclavitud es cosa del pasado, que en la actualidad esa situación no se dá, y quizá alguno piensa que se dá pero en países del tercer mundo y que son inusuales. Nada más lejos de la realidad.

La esclavitud no es una reliquia del pasado que creíamos abolida. Su versión moderna cuenta actualmente con unos cincuenta millones de personas, de acuerdo con las últimas Estimaciones mundiales que publicó este lunes la Organización Internacional del Trabajo sobre este tipo de servidumbre.

Según el informe, los países donde hay mayor prevalencia de estos tipos de moderna esclavitud son Corea del Norte, Eritrea, Burundi, República Centroafricana, Afganistán, Mauritania, Sudán, Pakistán, Camboya e Irán. Y los que tienen el mayor número de personas esclavas (el 60% del total) son India (7,9 millones), China (3,8 millones), Pakistán (3,2 millones), Corea del Norte (2,6 millones), Nigeria (1,38 millones), Irán (1,28 millones), Indonesia (1,2 millones), República Democrática del Congo (1 millón), Rusia (0,79 millones) y Filipinas (0,78 millones).

La mayoría de ellas, 28 millones, son víctimas de trabajos forzados y el resto, 22 millones, viven atrapadas en matrimonios forzados. Unas cifras que no pararon de crecer durante los últimos cinco años, con diez millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con las estimaciones mundiales de 2016.

El informe del organismo especializado destaca que el fenómeno de la esclavitud moderna aparece en casi todos los países del mundo, y que trasciende líneas étnicas, culturales y religiosas. Más de la mitad (52%) de todos los trabajos forzados y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se produce en países de renta media-alta o alta.

En el Estado español no somos ajenos, no estamos libres de ella ya que se contabilizan unos 105.000, según el Global Slavery Index, «sólo» el 2,27% del total de la población, pero un número absoluto muy elevado que nos debería avergonzar y obligarnos a actuar. Pero ¿cuáles son las formas actuales de esclavitud? :El trabajo en servidumbre, el trabajo forzoso, la explotación sexual, la trata de personas, el trabajo infantil, el matrimonio infantil y forzado. Son sólo unos cuántos ejemplos.

Pretérito imperfecto: El día que España abolió la esclavitud | Ocio y  cultura | Cadena SER

Hoy me han llegado datos sobre este tema pero referido a un país significativo porque es donde están trabajando ya desde hace años los misioneros de la Orden Trinitaria que como todos sabemos, su objetivo último desde el siglo XII es la redención de los esclavos. Nueve siglos después continúan en la misma tesitura. Me estoy refiriendo a Sudán.

La esclavitud no fue un producto de la independencia, como se puede demostrar, sino que se hallaba en las bases del sistema social sudanés desde siglos atrás, sobre todo de la mano de tres factores: la construcción de una identidad dominante y jerárquicamente superior; la visión que del otro tiene la identidad dominante y los dominados; así como las relaciones laborales y económicas existentes entre los miembros de la identidad dominante y el resto de los ciudadanos. Por ello, la identidad árabe-musulmana y, dentro de esta, los denominados jartumíes o ribereños han ejercido la esclavitud como herramienta disciplinaria dentro del ejercicio de la hegemonía en Sudán. Ellos propiciaron y fueron protagonistas de la independencia y de ellos
surgieron las élites dominantes que han controlado los diversos Gobiernos desde 1956 hasta 2011 y cuyas decisiones han alimentado el conflicto armado desde el nacimiento del país hasta la independencia de Sudán del Sur.

Hace unos años, la revista que publica «El Mundo» semanalmente editorializaba sobre la esclavitud en el mundo, y concretamente sobre Sudán, decía:

En este país, el más grande de África, la práctica del esclavismo es un hecho. Aunque el gobierno lo niegue y lo achaque a enfrentamientos tribales. Lo corrobora John Eibner, de Christian Solidarity International, que estima en unos diez mil el número de esclavos negros capturados por los árabes en el norte del Sudán. Esta ONG suiza lleva desde 1995 organizando peligrosos vuelos clandestinos en los que ha logrado liberar 800 esclavos, y recientemente compró otros 130 en el mercado de Madhol, a unos 250 km al sudeste de Jartum, pagando cien dólares por cada uno de ellos.

¡LIBEREMOS A LOS ESCLAVOS DE SUDÁN!

Este era el grito que surgió de la garganta de todos los presentes cuando el P. General de los Trinitarios, José Fernández, informó a la comunidad de la situación en ese país africano con información directa y muy reciente ya que viajó a principios de 1998 a ese país para conocer “in situ” la realidad y ver las posibilidades de ayudar y de qué manera a aquellos hermanos. Además de las consecuencias de una larga guerra, existía y sigue existiendo una auténtica persecución religiosa.

No es gratuito afirmar que en el sentido más riguroso de la palabra, la esclavitud sigue existiendo, y los que más la sufren, evidentemente, son los niños y las mujeres. Se calcula que hay unos 50.000 niños esclavos y entre las ordenes religiosas redentoras y alguna ONG han logrado liberar a unos cuantos cientos, pero es insuficiente. La inmensa mayoría de la población del país es musulmana sunita y entre ellos, un nutrido grupo de fundamentalistas. Menos mal que, después de 30 años en vigor en Sudán, la ley que castigaba a las personas que abandonaban el Islam con la muerte ha sido derogada. A pesar de esto, la presión sobre los cristianos en casi todos los ámbitos de la vida es muy alta, con extrema frecuencia, y ha aumentado en los últimos años el sentimiento anticristiano.

Los trinitarios comenzaron a trabajar en una campaña que se denominó “Acción Sudán”, colaborando con un comité diocesano en Khartoum y El Obeid con la finalidad de liberar esclavos y cautivos, cristianos y no cristianos, bajo la responsabilidad del obispo de la diócesis acompañado por otro eclesiástico, un abogado y varios seglares. Y para ello, como es habitual desde tiempos inmemoriales, había que conseguir dinero que sirviese para ese rescate. Con este fin se creó en la Parroquia de «El Redentor» de Algorta, una suscripción de ayuda económica para el Sudán de la que se fue dando cuenta de su actividades en la “revistilla” “Ecos del Redentor”.

Para mayo de 1998 ya se habían enviado, con esta finalidad, la cantidad de 6.000 dólares recaudados gracias a la generosidad de la feligresía de esta Parroquia. En septiembre del mismo año, el Secretario General de la orden, P. Arsenio Llamazares le escribía una carta al P. Gotzon Vélez de Mendizabal en la que le comunicaba la importancia y el relieve que estaba tomando la ayuda económica que, a través del Instituto de Obras Religiosas, se estaba enviando desde “El Redentor” a Khartoum, asegurándole que dicha ayuda llegaba a su destino y que ni un céntimo se quedaba por el camino.

De la misma manera le informaba que ya tenían, dentro de un proyecto llamado “Salvar lo salvable”, unos 500 niños rescatados a los que se pretendía darles una formación profesional además de la catequesis. Estos niños están bajo la guía de un diácono permanente con el que colaboran varios “ancianos” que hacen de “Jefes de tribu”. También le informaba que habían recibido otros 3.000 dólares “de vuestra generosidad”, con los que estaban haciendo gestiones “por vía legal” para la puesta en libertad de otros 5 niños. El P. Llamazares terminaba su carta dando las gracias por vuestra ayuda “en nombe de esta gente, a la que sólo le queda la sonrisa del pobre”.

En la Hoja “Ecos del Redentor” de Marzo-Abril de 1999, se informaba que, gracias a los donativos de esta Parroquia, ya se habían enviado a Sudán la cantidad de 2.165.000 pesetas, colaborando en el rescate de niños y adultos cautivos así como a su formación, una vez liberados sin descuidar la situación de hambruna que sufre, sobre todo, la parte meridional a la que también se ayuda, siempre de la mano de la Iglesia local. Este ambicioso proyecto requiere ingentes medios económicos ya que hay que tener en cuenta que el coste medio para el mantenimiento anual de un niño ronda “en torno a los 250 dólares”, sin contar las estructuras de base por lo que, contando con los obispos sudaneses, se están llevando adelante algunos centros aunque de limitadas dimensiones, todavía.

                                              Niños en una escuela de Yirol (Foto: Marta Arnús)

En una nueva carta en Abril del 2000, Año Jubilar, recibida por el P. Gotzon y escrita por el P. Llamazares le da cuenta de la liberación de otros 8 niños, obtenida con el dinero llegado desde la península pero le pide que sea cauteloso con esta información “dada la situación en el lugar, endureciéndose contra los cristianos”. Con otra parte del dinero recibido se ha creado “un poblado con escuela” dirigido por el diácono Kamal, en la que los muchachos liberados de la zona de Khartoum son acogidos y educados. Guiados por los “ancianos” y anciano quiere decir 40 y pocos años, además de alimentación, higiene, etc…les dan cursos de carpintería, albañilería y cosas por el estilo, sin olvidar lo que se podría llamar “el cuidado psicológico” para poder curar las heridas que deja la esclavitud, no precisamente físicas.

Por último, decir que el S.I.T. (Solidaridad Internacional Trinitaria) y Sudán están íntimamente ligados ya que aquella, desde su fundación, se ha dedicado, no en exclusiva pero sí con preferencia, a los cristianos perseguidos de esta nación ya que, como es sabido, durante mucho tiempo han sido expoliados y masacrados, teniendo que huir de su país masivamente. Si exponemos esto es porque en el interior de esta Iglesia existe una hucha señalada por la sigla S.I.T. y las personas que, de forma anónima, depositan su óbolo en ella, deben de saber que esos fondos únicamente y siempre se destinarán a los cristianos de Sudán que estén siendo perseguidos a causa de su fe.

La esclavitud existe hoy en día aunque no interese divulgarlo no vaya a ser que se moleste alguien. Y si estamos de acuerdo en que no debería haber ni una sola persona en esta situación ¿porqué no hacemos nada para evitarlo?

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Javi

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«El que haya elegido Getxo para vivir, siempre tendrá la sensación de haber elegido bien».

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